viernes, 24 de agosto de 2018



Rreflexión, del Evangelio de Juan 



Lectura del santo Evangelio según San Juan (6,51-58):
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.»
Disputaban los judíos entre sí: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?»
Entonces Jesús les dijo: «Os aseguro que, si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre.»
Palabra del Señor

Reflexión
Continuamos es este caminar donde Jesús se sigue reconociendo como el “Yo soy” en el Evangelio de San Juan; este “Yo soy” se encuentra siete veces, especialmente en este domingo se nos muestra como el “Yo soy el pan”. En este discurso donde Jesús se reconoce como pan vivo, nos invita a comer de su cuerpo y beber de su sangre, quien nos abre la invitación a participar del gran banquete de la eucaristía. No busquemos al señor porque nos llena el estómago, sino porque nos da el verdadero alimento para el alma y es participar en su eucaristía y poder recibir su perdón. Y compartir la fraternidad con todos nuestros hermanos a través de la eucaristía, y es no quedarnos con ese alimento para nosotros, sino que compartirles a nuestros hermanos de ese pan que nosotros también recibimos. 




Autor: Rubén Darío Mantilla Díaz.









El 23 de agosto celebramos la fiesta de Santa Rosa de Lima. 
Para esta fiesta realizamos este video. Disfrútalo. 

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