lunes, 9 de octubre de 2017

De la desvalorización de la “palabra”

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El compromiso es un acto, no una palabra

Jean-Paul Sartre


Es curioso ver la forma en como ha evolucionado el valor de la palabra (la promesa hecha a otro sin más respaldo que la palabra misma) y la forma de realizar los compromisos en la humanidad; en la antigüedad los negocios más importantes se realizaban con la sola palabra, no era necesario ningún tipo de escrito, a veces se requería un ritual sencillo que ayudaba a dar cuenta del tipo de negocio realizado, sin embargo lo que más importaba era la voluntad de las partes para cumplir la palabra empeñada.


Con el tiempo las sociedades se fueron volviendo más complejas y caóticas, generando la necesidad de nuevas formas de organizarse, formas que en gran parte dieron formalidades escritas a muchos negocios y menospreciaron la palabra, sin que esto implicase que aún hasta hace unas tres generaciones la palabra empeñada fuera una garantía amplia de cumplimiento.


Pero aquí viene el centro de está reflexión ¿cuando perdió entonces el valor la palabra? ¿es un verdadero problema está perdida?, vamos despacio, el cuando es difícil de encontrar, me atrevo a proponer como una posible tesis que el valor de la palabra se fue perdiendo en la medida en que la sociedad ha ido cambiando su telos de un bien común a un telos centrado en el yo, es decir, desde que la sociedad se ha tornado egoísta, consumista y extremadamente conformista.


Sin embargo, ¿cuando cambio el telos?, el cuando varia de país en país, de ciudad en ciudad, puedo pensar que es un problema con respuestas que varía según contextos sociales y culturales, prueba de ello es que aún hoy sobreviven algunos vestigios de personas que cumplen la palabra empeñada, sin embargo, están lejos de ser una mayoría, esto en razón a que lo importante es cumplir mis objetivos incluso usando al otro; se puede decir en palabras de Zygmunt Bauman que la falta de palabra es un elemento de tantos que trajeron consigo las “sociedades liquidas”.


Ahora bien, ¿que problema trae para la sociedad esto?, a ciencia cierta no podría reducir a un solo aspecto la problemática social emergente, pues como la palabra se usaba para todos los entornos, su perdida de valor afectara todos los entornos; ejemplos claros que se pueden observar son la falta de compromiso de las generaciones más modernas frente a las relaciones conyugales contraídas (aclaro que la critica no se da por el carácter conyugal, sino por el compromiso adquirido y la falta al mismo), la falta de compromiso de la clase política frente a las promesas hechas en campaña y otros mil aspectos que se podrían dar como ejemplo.


A pesar de toda está perspectiva que quizá se torna un poco pesimista, aún queda algo de esperanza, en la historia de la humanidad se ha demostrado que cada vez que se presentan crisis, como la “crisis de la palabra”, siempre son superadas gracias a la perseverancia de algunos que no tragan entero, gracias a la lectura critica de las realidad, está en nuestras manos volver a darle valor a la palabra, no por la forma, sino por el valor al compromiso mismo.

*IMAGEN TOMADA DE: HTTP://WWW.GLOCALTHINKING.COM/CULTIVAR-EL-COMPROMISO/

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