Evangelio según San Mateo 22,34-40.
Cuando los fariseos se enteraron de que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron con Él,
y uno de ellos, que era doctor de la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba:
"Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?".
Jesús le respondió: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu.
Este es el más grande y el primer mandamiento.
El segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas".
Reflexión
Hoy el evangelio nos invita a recordar la importancia del mandamiento del amor, sin embargo, para comprender más estas palabras, es necesario tener muy presente lo pesada que era "ley de moisés", carga que en muchas ocasiones se daba por interpretaciones absurdas de los fariseos, tema denunciado por el mismo Jesús (Lc 11:46).
El Señor nos habla del amor, pero no de cualquier amor, nos habla básicamente del Dios de amor (1Juan 4,8), el amor de Dios que transforma y que libera de cualquier carga al amado, es por esto que la invitación de Jesús hoy, es a poner el amor por encima de todo, el amor eficaz, el amor que transforma la realidad, que dignifica la vida propia y la del prójimo.
Es en este punto en que debemos tener muy claro que el amor hacia Dios no es solo de pensamiento o de "labios para afuera" sino que debe vivirse, debe manifestarse, a través del amor hacia el prójimo, de forma que nos preocupe el otro, que nos duela, bien lo decía Santa Teresa de Calcuta, se debe "amar hasta que duela"
Oración
Señor, hoy nos ponemos en tus manos, concédenos más capacidad de amar, de perdonar, danos un corazón de carne para que sintamos compasión por el otro, por el que sufre, amén.
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